Descubrir qué hay detrás de unas mejillas sonrojadas que parecen no querer desaparecer, puede ser el primer paso para comprender un problema más profundo: la cuperosis. Esta afección cutánea puede estar dañando la salud de tu piel sin que lo notes, volviéndola cada vez más sensible y vulnerable.
En el Instituto Dermatológico García-Legaz, entendemos lo frustrante que puede ser lidiar con esta condición. Por eso, queremos abordar qué es la cuperosis, sus causas, cómo se manifiesta y, lo más importante, cómo puedes tratarla para recuperar el equilibrio y bienestar de tu piel.
¿Qué es la cuperosis?
La cuperosis es una condición dermatológica caracterizada por la dilatación de los pequeños vasos sanguíneos, lo que provoca un enrojecimiento difuso y persistente en la piel, especialmente en el rostro. Es más común en personas con piel clara y sensible, la cual es más reactiva a estímulos externos.
“Aunque no supone un riesgo grave para la salud, la cuperosis puede generar preocupación estética y ser un signo de sensibilidad cutánea o problemas vasculares subyacentes.”
Un diagnóstico y tratamiento adecuado son fundamentales para controlar sus síntomas, ya que, si no se trata, la cuperosis puede agravarse y volverse crónica. Además, es importante evaluar su posible relación con otras condiciones, como la rosácea.
Características principales
Las manifestaciones de la cuperosis varían entre los individuos, pero generalmente incluyen:
- Dilatación capilar: los vasos sanguíneos dilatados causan enrojecimiento visible en la piel.
- Persistencia: sin tratamiento, las rojeces pueden volverse permanentes.
- Síntomas adicionales: es posible experimentar sensaciones de entumecimiento, tirantez, picazón o ardor en la zona afectada.
- Variabilidad: los episodios de enrojecimiento pueden fluctuar e intensificarse por factores como el clima, el estrés, ciertos alimentos o bebidas y cambios de temperatura.
- Telangiectasias: es frecuente la presencia de pequeñas venas visibles (telangiectasias), conocidas como “arañas vasculares”, que acentúan el enrojecimiento.
Zonas más afectadas
La cuperosis afecta principalmente al rostro, siendo más evidente en zonas expuestas a cambios de temperatura y otros factores ambientales, tales como:
- Mejillas.
- Nariz.
- Mentón.
Causas de la cuperosis
La cuperosis, además de estar influenciada por factores genéticos, puede desencadenarse por diversas razones. Identificar las causas subyacentes es fundamental para su prevención y manejo.
A continuación, te explicamos los factores más comunes que contribuyen a su aparición:
Factores climáticos
Los cambios bruscos de temperatura impactan notablemente en la piel, especialmente en personas propensas a la cuperosis.
La exposición a temperaturas extremas, ya sean frías o cálidas, puede provocar la dilatación de los vasos sanguíneos. El frío genera vasoconstricción, pero al entrar en contacto con el calor de manera repentina, los capilares se dilatan bruscamente, lo que agrava el enrojecimiento facial.
Además, el viento intenso puede irritar la piel y deshidratar su barrera protectora, haciéndola más vulnerable.
Cambios hormonales
Las fluctuaciones hormonales pueden afectar en la circulación sanguínea y aumentar la fragilidad de los vasos.
Estas alteraciones, comunes durante la menstruación, el embarazo o la menopausia, generan un aumento del volumen sanguíneo, lo que hace más visible la dilatación de los vasos y contribuye al enrojecimiento facial.
Consumo de alcohol y tabaco
Estos hábitos son factores importantes en el desarrollo de la cuperosis.
El alcohol causa vasodilatación, lo que incrementa el flujo de sangre hacia la piel y ocasiona enrojecimiento. El tabaco, por otro lado, afecta la oxigenación de la piel, comprometiendo la salud de los vasos sanguíneos y favoreciendo la aparición de arañas vasculares.
Exposición al sol
La radiación solar puede ser otro desencadenante significativo.
Una exposición inadecuada a los rayos UV debilita los capilares, haciéndolos más propensos a romperse y causar rojeces.
Estrés y emociones intensas
El estrés se ha relacionado con numerosas alteraciones en la salud cutánea, y la cuperosis no es la excepción.
Además, las emociones fuertes, como la ira o vergüenza, pueden causar la dilatación de los vasos sanguíneos, exacerbando la rojez facial en personas con cuperosis.
Alimentación y bebidas calientes
El consumo de alimentos o bebidas extremadamente calientes o picantes puede aumentar la temperatura corporal y dilatar los vasos sanguíneos del rostro, provocando un aumento inmediato del flujo sanguíneo y contribuyendo al enrojecimiento.
Irritantes tópicos
Utilizar cosméticos agresivos, limpiadores que eliminan los aceites naturales de la piel y exfoliantes demasiado fuertes pueden debilitar la barrera protectora de la piel, provocando irritación y empeorando la rojez facial.
Prevención de la cuperosis
Para prevenir la cuperosis en personas propensas, es fundamental adoptar medidas que reduzcan la aparición de los síntomas y mantengan la piel en buen estado:
- Usa protección solar de amplio espectro con SPF 50 diariamente.
- Evita productos agresivos con alcohol o fragancias fuertes, optando por limpiadores suaves e hidratantes con ingredientes calmantes como la vitamina B3.
- Evita la exposición prolongada y los cambios bruscos de temperaturas y utiliza humidificadores en invierno.
- Sigue una dieta equilibrada rica en antioxidantes y adopta hábitos saludables
- Practica técnicas de manejo del estrés y haz ejercicio regularmente.
Tratamiento de la cuperosis con láser
Además de emplear productos cosméticos suaves y evitar factores desencadenantes, el tratamiento de la cuperosis con láser es una opción efectiva para reducir la rojez y controlar sus síntomas.
“El láser utiliza pulsos de luz controlados que son absorbidos por la hemoglobina, el componente natural presente en la sangre responsable de transportar oxígeno.”
Al absorber la luz, la hemoglobina la transforma en calor, lo que provoca un daño controlado en las paredes de los vasos sanguíneos dilatados, causando su coagulación y posterior reabsorción natural.
En Instituto Dermatológico García Legaz confiamos en la avanzada plataforma Nordlys, tecnología reconocida por su precisión y capacidad de minimizar los posibles efectos secundarios, garantizando un tratamiento seguro y efectivo.
En resumen, la cuperosis es una afección que puede afectar significativamente la apariencia y bienestar de tu piel, pero con el diagnóstico y tratamiento adecuado, es posible controlar y mejorar los síntomas. Nuestros especialistas en dermatología se preocupan por ofrecerte un enfoque personalizado y tecnología avanzada para restaurar el equilibrio y la salud de tu piel.
Bibliografía
- Codina, A. (2006). Cuperosis: etiología, prevención y tratamiento. Offarm: farmacia y sociedad, 25(10), 80-84. https://dialnet.unirioja.es
- Conte, L., Di Marco, K., Serra, N., De Monserrat, R., Distante, F., & Bonfigli, A. (2010). Evaluación a largo plazo de la eficacia de un tratamiento para la eritrosis, cuperosis y/o rosácea grado I. Piel, 25(7), 376-382. https://www.sciencedirect.com
- Condori-Diburga, H. (2002). Láser en dermatología. Revista Peruana de Dermatología, 12(2). https://sisbib.unmsm.edu.pe