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Rosácea: qué es, síntomas y cómo se controla

Rosácea facial

La rosácea es una enfermedad dérmica crónica que afecta a millones de personas en el mundo y puede causar tanto molestias físicas como un considerable malestar emocional. Sin embargo, aunque vivir con rosácea pueda ser especialmente desafiante, existen formas efectivas de controlarla.  

Desde nuestra clínica dermatológica, queremos que comprendas esta condición, ya que con diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, puedes aprender a manejar la rosácea, prevenir brotes y mitigar su impacto en tu vida diaria.

¿Qué es la rosácea?

La rosácea es una afección persistente de la piel, relacionada con el acné, que se manifiesta principalmente con enrojecimiento facial, aparición de granos y vasos sanguíneos visibles. Aunque no se conoce una causa única para su aparición, se han identificado diversos factores desencadenantes y mecanismos subyacentes que la exacerban.

El diagnóstico de la rosácea se realiza clínicamente, basado únicamente en la observación de los síntomas típicos sin necesidad de pruebas adicionales o biopsias para confirmar la condición.

Síntomas comunes

Los síntomas de la rosácea pueden variar de una persona a otra, pero los más frecuentes incluyen:

  • Enrojecimiento facial: la piel se pone roja y puede presentar pequeñas pápulas o pústulas, hasta granos, especialmente en la nariz y las mejillas.
  • Telangiectasias: pequeños vasos sanguíneos visibles en la superficie de la piel.
  • Hipersensibilidad: la piel puede reaccionar de manera excesiva a cambios ambientales, como la temperatura.
  • Flushings: episodios de rubor facial intenso y ocasional.
  • Rinofima: en casos avanzados de rosácea, y sobre todo en hombres, puede desarrollarse un engrosamiento de la piel de la nariz ocasionando malformaciones.

Factores subyacentes

A menudo la rosácea se asocia con una hiperfunción de las glándulas sebáceas, lo que lleva a una sobreproducción de sebo, a diferencia del acné juvenil, este sebo es más fluido e irritante que en otras afecciones de la piel. Esta condición debilita la barrera cutánea, lo que la vuelve más sensible, seca irritada y propensa a la inflamación crónica (lo cual favorecerá la aparición de vasos visibles o telangiectasias).

La rosácea puede alterar el microbioma cutáneo, favoreciendo el crecimiento excesivo de un ácaro llamado Demodex, que agrava la inflamación y los síntomas.

Diversos factores pueden desencadenar o empeorar la rosácea, entre ellos:

  • Cambios drásticos de temperatura: la exposición solar, temperaturas extremas o al aire caliente o frío.
  • Ruborización: episodios de rubor facial por emociones o estrés.
  • Comida picante o caliente: este tipo de alimentos pueden intensificar los síntomas.
  • Consumo de alcohol: las bebidas alcohólicas pueden causar brotes y enrojecimiento.
  • Ciertos productos cosméticos: ingredientes irritantes o fragancias pueden empeorar los síntomas. 

Tratamiento de la rosácea

Comprender qué es la rosácea y sus causas subyacentes es el primer paso para abordar su tratamiento.

El tratamiento de la rosácea ha cambiado mucho en los últimos años, y aunque es una enfermedad crónica que tiende a presentar brotes recurrentes, podemos decir que por fin se puede controlar de manera efectiva con un enfoque integral.

La clave para manejar la rosácea está en un tratamiento personalizado que combine opciones médicas tópicas y orales, tecnologías láser y fuentes de luz dermatológicas avanzadas junto con ajustes en tu estilo de vida para controlar los factores desencadenantes y extremar el cuidado de tu piel.

Tratamiento tópico

Incorporar cosmética médica en tu rutina de cuidado facial puede ofrecerte resultados notables.

Se suelen utilizar cremas con ingredientes activos como la ivermectina, que ayuda a reducir la cantidad de Demodex en la piel, y retinoides pautados en bajas concentraciones para controlar la producción de sebo y fortalecer la barrera cutánea. Otro ingrediente activo es el metronidazol.

Tratamiento oral

Los retinoides a dosis bajas también pueden ser administrados oralmente para disminuir la producción de sebo, reducir la inflamación y controlar el crecimiento del Demodex

En algunos casos y sobre todo en brotes, se prescriben antibióticos para reducir la inflamación y tratar las pápulas y pústulas. No obstante, su efecto es temporal y suelen ser parte de un régimen de tratamiento más amplio.

Láser dermatológico

La luz intensa pulsada (IPL) en su modo vascular y los láseres vasculares son herramientas eficaces para tratar las telangiectasias y reducir la rojez de la rosácea. 

En el Instituto Dermatológico García-Legaz, utilizamos la avanzada plataforma IPL Nordlys con su filtro vascular, conocida por su calidad, eficacia y precisión inigualable en patología vascular y en afecciones como la rosácea.

Control de factores desencadenantes

Aunque depende de cada caso, identificar y evitar los factores que pueden desencadenar o agravar los síntomas de la rosácea, como la exposición al sol, el consumo de alcohol y las comidas picantes, es esencial. 

Mantener un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta equilibrada y el control del estrés, es una parte fundamental para quienes padecen estar afección cutánea crónica y desean mitigar sus síntomas.

En resumidas cuentas, la rosácea es una afección cutánea crónica que requiere un enfoque multifacético para su manejo y control. En el Instituto Dermatológico García-Legaz, nuestros dermatólogos especialistas en rosácea te ofrecerán el tratamiento adecuado y las recomendaciones necesarias para que puedas controlar los síntomas y mejorar tu bienestar.

Bibliografía

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  • Buechner, S. A. (2005). Rosacea: an update. Dermatology210(2), 100-108. https://karger.com
  • Molina, A. L., Londoño, Á., Escobar, S. M., & Benítez, M. (2012). Guías clínicas para el tratamiento de la rosácea. Revista de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica20(4), 339-364. https://www.revista.asocolderma.org.co

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